Sector Porcino intensifica su trabajo para lograr una adecuada gestión de olores

Frente a las nuevas exigencias y menor tolerancia de las comunidades a la exposición y los impactos en su calidad de vida, esta industria está invirtiendo en nuevas tecnologías y nuevas prácticas para mejorar la gestión y el manejo de purines y estiércoles

Fuente: Diario El Mercurio

La industria productora de cerdos es una de las más cuestionadas en relación a los malos olores de sus plantas. En la Asociación Gremial de Productores de Cerdos de Chile (Asprocer) destacan que desde hace tres años las empresas socias iniciaron un trabajo serio respecto de la medición y cuantificación de los olores molestos, así como de la búsqueda de tecnologías eficientes en la mitigación.

«Sin embargo, es absolutamente necesario avanzar y fortalecer el marco regulatorio -contar con criterios y objetivos de calidad  de aire por zona, acordar enfoques metodológicos  y límites a la exposición- por una parte y, por otra, regular todas las actividades que se desarrollan en el territorio con un enfoque  preventivo a la exposición. De esta manera, se pueden garantizar las inversiones de las empresas y de las comunidades”, explica Rodrigo Castañón, gerente general de la entidad.

A su juicio, otro de los problemas que enfrenta esta industria es la pérdida del territorio rural en el país y el escaso  conocimiento a nivel nacional en materia de olores molestos. «Debido al crecimiento de las ciudades y sumado a una exigua planificación territorial (sòlo el 5% del territorio cuenta con instrumentos de planificación del territorio)».

Y agrega: «Si bien hoy existe una evaluación ambiental de los proyectos productivos antes de que estos empiecen a operar, no sucede lo mismo cuando urbanizaciones se instalan cerca de los planteles. No existe un mecanismo que obligue a los proyectos  de urbanización  a una evaluación previa de los impactos a los que se verían expuestos, producto de la localización de dichas viviendas cercanas a los planteles de cerdo».

Respecto al escaso conocimiento a nivel nacional en materia de olores molestos, señala que existen pocos  especialistas en la materia y mucho desconocimiento a nivel de ciudadanía.

«Esto se agrava debido a que los criterios y enfoques en la gestión e olores más fiables usados  a nivel mundial son de reciente data  y hemos sido tardíos como sociedad en el entendimiento y transferencia de ellos a Chile».

Los avances

Castañón precisa que en los ùltimos tres años la industria productora de cerdps ha realizado inversiones por montos ceracnos a los US$16 millones, a objeto solamente de entender el comportamiento de las emisiones odorantes, monitorear el impacto en las comunidades vecinas y bùsqueda de alternativas tecnològicas apropiadas a la realidad productiva nacional.

En el mismo período, añade, las empresas han invertido US$34 millones en sistemas tecnológicos que mejoran  el desempeño en la materia, tales como biodigestores, plantas de lodo activado, lombrifiltros, compostaje estanco, humificadores, filtros y biofiltros de aire, entre otros, a fin de reemplazar las tecnologías existentes, o bien, mejorar la gestión de los estiércoles.

Asprocer desde hace años trabaja para desarrollar una industria sustentable en los ámbitos medioambiental, social y económico. Ese ha sido el espíritu de los dos APL (Acuerdos de Producción Limpia) que el sector ha suscrito a la fecha. Por otra parte,  desde 2013 cuenta con una Estrategia de Sustentabilidad y en este eje persigue la eliminación de las brechas existentes para una adecuada gestión de los olores a nivel industrial y país.

Tres son los factores que influyen en los malos olores  que emanan de las plantas productoras de cerdos. Al respecto, Castañón explica que la nariz humana  posee un umbral olfativo muy bajo. Esto significa que pequeñas cantidades de compuestos, muchas veces imperceptibles para la analítica, son percibidos muy fuertemente por los humanos.

Además los planteles de cerdos, junto con mantener un alojamiento permanente de los animales, deben procesar todas las excretas que estos generan. «Producto de ello y por acción de la actividad microbiana, un sinnúmero de gases son emitidos al medioambiente, los que al estar en combinación unos con otros  y al existir condiciones climáticas favorables como viento, humedad ambiental y temperatura, pueden terminar causando molestias a poblaciones vecinas».

Y añade: «El olor considera un factor estresor ambiental, así como la luz y el ruido. Esto significa que tiene incidencia en la salud y dependiendo del tiempo de exposición, frecuencia, intensidad  y el carácter del olor, agradable o desagradable, puede afectar la calidad de vida de las personas».

Normativa

Respecto a la normativa existente en el país, Rodrigo Castañón sostiene que se ha ido avanzando en la homologación de estándares técnicos internacionales. Sin embargo, aún queda camino por recorrer. «Especialmente en el acordar criterios y enfoques metodológicos con la autoridad, así como en la planificación territorial y la incorporación de la evaluación de riesgos por exposición a olores molestos en todo ámbito del quehacer nacional».